miércoles, 1 de junio de 2011



Juan Carlos García Hoyuelos, el autor del poemario “Desde mi otro lado”, con prólogo del escritor y crítico literario José Manuel Prado-Antúnez, publica en 2011 su segundo libro (Ediciones Beta III Milenio), 69 poesías que, si bien de diversa índole, prevalece el contenido romántico y sensual, donde el erotismo surge con frecuencia. El poemario está basado en la relación de dos personas que aunque unidas sentimentalmente e incapaces de separarse definitivamente, llevan a la vez vidas distintas en todos los conceptos. Sentimientos, insinuaciones, esporádicos encuentros, frustraciones, adioses que no se materializan, nuevos encuentros, otros amores, kilómetros de por medio, dos caminos en paralelo que van desgranándose a lo largo del poemario, al amparo de los diálogos furtivos de la noche.

Lo que empezó siendo un libro poético, fue poco a poco tomando cuerpo de proyecto poético-filológico cuando todas sus poesías fueron traducidas a los distintos idiomas ibéricos (portugués, gallego, asturleonés, euskera, aragonés, occitano del Valle de Arán, catalán, valenciano, murciano, inglés -lengua oficial en Gibraltar- y romanés, ésta última casi desaparecida entre los gitanos ibéricos al haber sido reemplazada con el paso de los siglos por las lenguas oficiales). Destaca la presencia en el libro de varios traductores, recitadores y cantantes en ladino o sefardí, en homenaje a los 150.000 sefardíes que pese a vivir en la diáspora hace más de 500 años, conservan esta lengua de origen castellana.

El prólogo, en representación de los tres estados ibéricos, lo escriben tres ilustres de las letras: el novelista castellano (de la ciudad de Burgos) Óscar Esquivias, el poeta andorrano Manel Gibert Vallès y el poeta, ensayista y traductor portugués João Rasteiro. El epílogo corre a cargo de la experta en psicomotrocidad Susana Fumis, habitual ponente de los cursos de Inteligencia Emocional de la Seguridad Social; en el poemario desempeña la labor de recitadora oficial de “Se lo dije a la noche”. Cierra el poemario Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía 2009.

Todas las poesías tienen un traductor diferente, realizadas por escritores, poetas, cantautores, bertsolaris (recitadores de versos improvisados, muy populares en Euskadi), además de contar con traducciones de la mayoría de las academias de las lenguas, como la Real Academia Galega, el Observatório da Língua Portuguesa, la Academia de la Llingua Asturiana , la Euskaltzaindia /Real Academia Vasca, la Academia de l'Aragonés, el Consello d'a Fabla Aragonesa, el Conselh Generau d'Aran, el Institut d'Estudis Catalans, la Real Acadèmia de Cultura Valenciana y L'Ajuntaera murciana; de varias asociaciones lingüísticas; de asociaciones culturales vinculadas a las diferentes lenguas; del “Conseyu de Llión” (Ayuntamiento de León, en castellano); de las Universidades de Santiago de Compostela y de Vigo; de la Embajada de Portugal en Madrid; e incluso de los gobiernos de Andorra (Servei de Política Lingüística) y el de Gibraltar (Ministry of Culture)

El poemario lleva un dvd con 30 canciones en diferentes estilos musicales (folk, pop, fado, rap, tonada, rock…), en castellano y en las lenguas a las que han sido traducidas, así como un total de 142 recitaciones, algunas de ellas musicales, que preceden a otros 10 poemas declamados de mi anterior libro, “Desde mi otro lado”, y a la poesía “Cerrad”, incluida en el libro colectivo “La última hoja” (Telira); poesías que toman vida propia en voces de poetas, escritores, cantautores, cantantes, actores, periodistas y amantes del verso de todos los territorios ibéricos.

Quien quiera hacerse con el poemario (69 poesías, todas traducidas) y su dvd (escuchar enteras sus canciones y 151 recitaciones) puede adquirirlo en la web de Ediciones Beta III Milenio, modalidad POESÍA (pestaña de la izquierda). El precio es 15 € (el dvd es gratuito, viene en el interior del poemario).

http://www.edicionesbeta.com/

Termino reproduciendo las generosas frases que en el reverso del libro ha escrito Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía 2009:

Habla la poesía, crece en este libro la conciencia y la verdad invisible de su canto. Es la voz de los que saben que la belleza es también un acto de resistencia civil a los males de su época. Es la asamblea de voces y palabras, de los sueños que pendientes de ser soñados abren ahora su posibilidad de ser el eco de otra noche, la multitud de cuanto enciende la música de las estrellas para que sea oído el mandato de alguna misteriosa y necesaria luz. Este libro es la necesaria e irreductible esperanza del amor a la vida.

Una poesía del libro "Se lo dije a la noche"

EN MI PIEL EL SABOR DE TU BOCA

Otra luna se abre en tus ojos,
cortejo de barbillas, lisonjeo.
Brazos sin dueño, las lenguas se desvelan
en los diálogos acuosos del deseo
y en este cálido trayecto
me embeleso en tu cuello.

En mi piel el sabor de tu boca.
Los párpados van cerrándose
como el cielo que entre errabundas
cortinas blancas, oculta su medallón de oro.
Soy pasto de tu fuego, esclavo
de tus ensimismados embates.

Cuando se detenga el aire,
no pares,
reavivemos el amor por dos frentes
y en ese éxtasis impío,
gozo inefable,
alimentémonos
de lo que reste de nosotros.

Labios mutilados, gime la noche.
No acabes.
Las sábanas se retozan en nuestros cuerpos,
huelen a sueño profanado, evidencian
en sus prematuras arrugas la memoria del abordaje.
Hoy, no acabes.

"Desde mi otro lado" (2007), Telira; con prólogo del escritor y crítico literario José Manuel Prado Antúnez e ilustración de la pintora burgalesa Begar (Beatriz García Hernández). Con este poemario fui invitado en la Feria del Libro de Burgos 2007, consiguiendo el segundo puesto en número de ventas en ese género literario. Me entrevistaron en el Diario de Burgos, el Correo de Burgos de El Mundo, Gente Burgos, Revista Activa, la Cadena Ser y la radio "Tas-Tas Irratia" de Bilbao.

martes, 31 de mayo de 2011

Una de las poesías de mi primer libro, "desde mi otro lado":

CRISÁLIDA

Algo ínfimo se mueve
en el transeúnte arroyo,
bajo la atenta
protección de los erizados juncos,
encima de los guijos
de una acostada muralla.

No son los peces sembrando
burbujas su cristalino cielo,
ni el perezoso remo de la corriente,
tampoco es el agua
que estornuda cuando
siente que me aproximo,
ni tú, carnal pensamiento,
ingrávido diálogo de un amor cautivo.

Me acerco, llevado por el empuje
de no tener otra cosa mejor que hacer,
y mi leve asomo se sorprende
al descubrir
una crisálida que acaba
de romper su arnés.

Como si una diminuta rama
cobrase vida secando
al sol sus adheridas
láminas de vidrio,
imagino
tu maravilloso nacimiento.

Frente a ti, verdes riberas,
álamos vestidos
con telas de muchas lunas llenas,
un jardín anárquico y salvaje,
vetusto y frágil,
y el crepúsculo del atardecer
sujeto en tus hélices.

Frente a mí, el desenlace
de tu metamorfosis
detiene los latidos
encaramados en mi muñeca.
Ahora, y solamente ahora, el paso
del tiempo me es liviano,
apenas imperceptible.

Aquí, en la cornisa
de la orilla, al lado
de la crisálida, me quedaría
como se quedan los carrizales,
brotando de la frescura del agua.

Y es que allí, poco después
de cerrar la puerta,
en el interior de la sima
de mi dormitorio,
los hilos de mi congoja
coserán la noche en la más triste página.

* recita Mariano Mangas
(el tema a la guitarra es 'Nana para Silvia', compuesta por el propio Mariano Mangas)

lunes, 30 de mayo de 2011

del libro "desde mi otro lado"

SOMBRA ONÍRICA

El peso de mis párpados
deslizan hacia abajo
la luz mestiza
de esta noche
de luna negra
y blancos témpanos.

Me llevo la compañía
de mis pensamientos
y la soledad de mis ojos.
Dejo mi cuerpo perdido,
tan quieto, tan tranquilo,
que diría que no es el mío.

Mi sombra, la de colores
y ojos marrones, se moverá
por fingidas realidades,
y sus movimientos oníricos
pasarán inadvertidos
por los pasajes del silencio.

Voy, poco a poco,
rindiéndome en el cansancio;
eludo, lentamente,
la conciencia que se va
tornando en bruma.

Quedo a expensa
de los sueños,
del sorteo de sus caprichos.
Podré ser ligero,
libre o preso,
destapar el miedo,
podré humedecer mi amor
en sus labios,
robarle todos sus besos.
No me despertéis, quisiera
estar aquí para siempre,
en esta emulada muerte.

* recita Elena Lastra del Prado

sábado, 28 de mayo de 2011

Otra poesía del libro "desde mi otro lado"

NUESTRO SILENCIO

Llamaron los primeros bostezos
del renovado día
en el chirriante postigo
de la vieja ventana:
tú dormías y yo
perdía en tu calma
la prisa que, siempre irritada,
nos empuja con sutiles reproches.

Emulando al clavel
que con los dedos encogidos
encarcela a los estambres,
amarras con maromas de silencio
las húmedas expresiones,
y tras su inocuo roce
celosos guardianes de uniforme blanco
impiden jaztarme del oxígeno
que no sé si entregas, o robas,
que imperiosamente necesito
como el cincel anhela
a la escurridiza inspiración
atrapada en las manos del escultor.

¡Venga!, ¡despierta!, te dije;
déjame ver esos ojos oscuros,
que si brillantes y hermosos
son mientras la luz descansa,
cuán han de deslumbrar los míos,
ahora que la claridad los colores delata.

No contestaste y yo
a tu silencio… tampoco.

¿Qué sueño es aquél que absorbe
tu atención y a su merced te retiene?,
¿qué caprichosas imágenes son
las que te infunden en ese diáfano mundo?,
entrañas del movimiento onírico
-es, pero muere al no lograr sercuyas
reprimidas memorias
quedan sujetas en un texto
que, acabado, no necesita
para pasar de página
del beneplácito de la última palabra.

Gira el cuerpo, un sueño
queda de espaldas,
y otro con el guión aprendido, ensaya.
Permanecí absorto ante la tranquilidad
que la noche destiló en tu cara,
sobre el absoluto
de un espacio sobrante
que nuestra respiración,
a tientas, intuía, fracasaba.

¡Venga!, ¡despierta!; déjame
oír tu sonrisa, sí, oírla
surcando ascendentes líneas bicéfalas,
e hilar con tu cabello
los besos que, de esperar,
navegan en tu cuerpo dispersos.

No contestaste y yo
a tu silencio… tampoco.

Al amor le entregué la libertad
no habida, a ti -¡oh!, a ti con
gusto te diera
mi pudorosa transparencia.
Y de lo que di y no pude dar,
un fuerte olor a incienso desprende.

A veces acosté en tus brazos
los miedos que en mí adolecieron, a veces.
Luego, por los empinados torrentes
de tu faz bajaban ríos de desasosiego,
y en su breve y caudaloso curso
náufraga una pregunta - una pregunta, creo -,
que al romperse en la angustia,
las interrogaciones huérfanas
de palabras dejaba.
Esa tristeza que no acertaste
a comprender, de un hombre
con el llanto cohibido fue,
y ese consuelo que rodeaba
al intelecto de lo incomprensible,
no era mío, aunque mío
fuese, sino el tuyo que confortó
lo que con un abrazo
hice que a ti también perteneciese.

¡Venga!, ¡despierta!; déjame
diluir mi hambre
en tu primer apetito,
y de tanto comernos
muéranse de la risa
nuestras osamentas
de vernos tan escuálidos,
de vernos tan desposeídos.

No contestaste y yo
a tu silencio… tampoco.

Una lanza amarilla penetra
por la delgada rendija,
a mí hiere de impaciencia,
hastío, pedestal abrasador
en las menguadas retinas.
¡Y duermes!, como las ramas
caducas de los robles,
como los osos en la osera,
como un álbum plegado duerme
el pasado ahí inherente.

¡Por fin!, adivino bengalas
cautivas que en el ostracismo
de tus toldos enmudecieron.
No entiendo tu indiferencia, ¡habla!;
dime algo, o, al menos,
¡mírame!, te lo ruego.

Un cajón que abres de la mesilla
tomo por respuesta,
en tus manos una hoja escrita
y una lágrima que cae en ella.
Debe ser horrible, ¡Dios mío!,
lo que confiesa.

Se masca la tragedia, lees en alto
como si yo a tu lado
acercarme no pudiera, un poema:
He amado sin medida,
perdóname tú,
que me perdone la vida;
por no recibir lo que de una ansío,
a la otra he dado entierro.
Voy entre tinieblas, la pena
es mi sombra, triste compañera
en este eterno destierro.

No contesté y tú
a mi silencio… tampoco.

* recitado por Elena Lastra del Prado